Cristianos y budistas coinciden en
que paz social necesita de la pureza del corazón
La purificación del corazón es una de las condiciones esenciales para lograr
la paz social, coincidieron los representantes budistas y cristianos reunidos en
el cuarto coloquio titulado “La paz interior. La paz entre los pueblos”,
realizado en el Vaticano.
“Cristianos y budistas coinciden en que la libertad interior, la purificación del corazón, la compasión y el don de sí mismo son las condiciones esenciales para la paz interior de la persona, así como para la paz social”, señaló el comunicado emitido al término del encuentro realizado en la Universidad Pontificia Urbaniana y promovido por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, en colaboración con la Oficina para el Diálogo Ecuménico e Interreligioso de la Conferencia Episcopal Italiana.
Los participantes procedían de Italia, Japón, Taiwan, Vietnam, Corea del Sur, Tailandia, Myanmar, Sri Lanka y la India. Durante el diálogo reafirmaron la necesidad de la responsabilidad mutua de los seguidores de diferentes tradiciones religiosas para mantener o restaurar la paz y contribuir a la amistad y la solidaridad entre las personas y los pueblos.
En el comunicado señalaron que “a pesar de las diferencias, tanto la enseñanza ética budista como la cristiana sobre el respeto de la vida se basa en la búsqueda del bien común fundado en la bondad amorosa y la compasión”.
“Los participantes han reconocido que el diálogo entre budistas y cristianos debe fortalecerse para hacer frente a nuevos retos, como las amenazas a la vida humana, la pobreza, el hambre, las enfermedades endémicas, la violencia, la guerra, etc.. que menosprecian la santidad de la vida humana y envenenan la sociedad”, culminó la nota.
“Cristianos y budistas coinciden en que la libertad interior, la purificación del corazón, la compasión y el don de sí mismo son las condiciones esenciales para la paz interior de la persona, así como para la paz social”, señaló el comunicado emitido al término del encuentro realizado en la Universidad Pontificia Urbaniana y promovido por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, en colaboración con la Oficina para el Diálogo Ecuménico e Interreligioso de la Conferencia Episcopal Italiana.
Los participantes procedían de Italia, Japón, Taiwan, Vietnam, Corea del Sur, Tailandia, Myanmar, Sri Lanka y la India. Durante el diálogo reafirmaron la necesidad de la responsabilidad mutua de los seguidores de diferentes tradiciones religiosas para mantener o restaurar la paz y contribuir a la amistad y la solidaridad entre las personas y los pueblos.
En el comunicado señalaron que “a pesar de las diferencias, tanto la enseñanza ética budista como la cristiana sobre el respeto de la vida se basa en la búsqueda del bien común fundado en la bondad amorosa y la compasión”.
“Los participantes han reconocido que el diálogo entre budistas y cristianos debe fortalecerse para hacer frente a nuevos retos, como las amenazas a la vida humana, la pobreza, el hambre, las enfermedades endémicas, la violencia, la guerra, etc.. que menosprecian la santidad de la vida humana y envenenan la sociedad”, culminó la nota.