Por el Maestro Zen Torei, traducido por Thomas Cleary
“La gran compasión es como el cielo, ya que abarca a todos los seres vivientes; la gran compasión es como la tierra, ya que produce todas las enseñanzas, la gran compasión hace que sea posible ver la naturaleza de buda, al aclarar el verdadero conocimiento por el bien de los otros. La gran compasión permite pasar a través de las barreras insuperables, al sondear las profundas enseñanzas más y más por el bien de los otros. La gran compasión permite penetrar en lo trascendental, mediante la búsqueda de una vida más allá, para los otros. La gran compasión puede desarrollar una aplicación de gran alcance, al esforzarse en este camino por el bien de los otros. La gran compasión puede activar intrepidez, al mantener una voluntad enérgica viva por el bien de los otros. La gran compasión hace que sea posible ir más allá de la regresión, porque la mente está establecida por el bien de los otros. La gran compasión puede producir un amplio aprendizaje, mediante el estudio de todo por el bien de los otros. La gran compasión puede producir erudición, por la deducción profunda de los principios de las cosas para el bien de los otros. La gran compasión puede producir bendiciones, mediante el estar siempre procurando soluciones para los otros. La gran compasión puede aniquilar aflicciones, a costa de sacrificar el cuerpo, la vida y los bienes, por los otros. La gran compasión puede extirpar la vanidad, al actuar con benevolencia por los otros. La gran compasión permite el desprendimiento de la fama y el beneficio, mediante basar todo en la verdad por el bien de los otros. La gran compasión permite la entrada en el reino de la realidad, porque no hay ningún lugar donde no se vaya por el bien de los otros.
Las virtudes de la gran compasión son infinitos, y podrían ser expuestas por siempre sin agotarlas, pero se resumen al final a esto: El que tiene gran compasión pueden apagar todas las obstrucciones causadas por las acciones pasadas y puede lograr todas las virtudes; ningún principio puede ser no entendido, ningún método puede ser no practicado, no hay conocimiento que pueda ser no alcanzado, ninguna virtud que pueda ser no desarrollada. Al igual que cuando se quiere ganar los corazones de la gente en primer lugar se ama a sus hijos, como los Budas y bodhisattvas consideran a todos los seres vivientes como sus hijos, así que si amas a todos los seres vivientes por igual, todos los Budas serán llamados a responder.”
De “La lámpara del Zen que no muere: El testamento del Maestro Zen Torei”, traducido por Thomas Cleary