Conociendo la muerte
Al igual que con muchas verdades profundas, la gente tiende a decir sobre las meditaciones de sensibilización a la muerte: Sí, ya sé todo eso. Sé que voy a morir algún día. Ya sé que no puedo llevarme nada conmigo. Sé que mi cuerpo se va a hacer polvo. Y al igual que con otras cosas, podríamos decir que lo sabemos y que no lo sabemos. Lo sabemos en nuestras cabezas, pero no lo hemos entendido en nuestros corazones. No hemos permitido que esta verdad penetre en la médula de los huesos. Si lo hubiésemos hecho, viviríamos de otra manera, con más sentido. Toda nuestra vida sería diferente. También el planeta sería diferente.
A lo largo de nuestra vida, nuestro cuerpo ha sido nuestro compañero más cercano. A veces ha parecido que era todo lo que somos. Hemos pasado horas lavándolo y limpiándolo, y peinándolo y cepillándolo, cuidando nuestro cuerpo en todo tipo de formas. Lo hemos alimentado y hecho descansar. Podemos haber tenido diferentes actitudes hacia él, a veces queriéndolo y a veces odiándolo. Pero ahora en el momento de la muerte, este compañero, el más cercano, que ha pasado por todo con nosotros, ya no estará aquí. Ya no respirará el oxígeno. No va a circular la sangre por él. Este cuerpo que durante tantos años estaba tan lleno de vitalidad estará sin vida. Va a ser un cuerpo sin vida.
Al igual que con muchas verdades profundas, la gente tiende a decir sobre las meditaciones de sensibilización a la muerte: Sí, ya sé todo eso. Sé que voy a morir algún día. Ya sé que no puedo llevarme nada conmigo. Sé que mi cuerpo se va a hacer polvo. Y al igual que con otras cosas, podríamos decir que lo sabemos y que no lo sabemos. Lo sabemos en nuestras cabezas, pero no lo hemos entendido en nuestros corazones. No hemos permitido que esta verdad penetre en la médula de los huesos. Si lo hubiésemos hecho, viviríamos de otra manera, con más sentido. Toda nuestra vida sería diferente. También el planeta sería diferente.
A lo largo de nuestra vida, nuestro cuerpo ha sido nuestro compañero más cercano. A veces ha parecido que era todo lo que somos. Hemos pasado horas lavándolo y limpiándolo, y peinándolo y cepillándolo, cuidando nuestro cuerpo en todo tipo de formas. Lo hemos alimentado y hecho descansar. Podemos haber tenido diferentes actitudes hacia él, a veces queriéndolo y a veces odiándolo. Pero ahora en el momento de la muerte, este compañero, el más cercano, que ha pasado por todo con nosotros, ya no estará aquí. Ya no respirará el oxígeno. No va a circular la sangre por él. Este cuerpo que durante tantos años estaba tan lleno de vitalidad estará sin vida. Va a ser un cuerpo sin vida.
El primer Panchen Lama,
maestro budista tibetano del siglo XIV decía: “Este cuerpo que hemos querido durante tanto tiempo nos decepciona y abandona
en el momento en que más lo necesitamos”.
Por cierto que éste no será el último cambio que sufrirá. Como fenómeno físico, el cuerpo muerto, si no es incinerado, se descompone, y se usa la reflexión sobre el proceso de la muerte en la práctica budista, con el fin de acercar la realidad de la muerte a nuestro entendimiento.
Por cierto que éste no será el último cambio que sufrirá. Como fenómeno físico, el cuerpo muerto, si no es incinerado, se descompone, y se usa la reflexión sobre el proceso de la muerte en la práctica budista, con el fin de acercar la realidad de la muerte a nuestro entendimiento.
La tradición budista ofrece
una teoría del proceso de la muerte que puede ser muy útil para prepararse a
este hecho inevitable.
“En verdad , mi cuerpo
físico actual, por ser impermanente, es de la misma naturaleza ilusoria que el
cuerpo que uno recuerda o imagina. No va a ir más allá de esta naturaleza. Es la
misma ley”. Nuestros cuerpos no nos pertenecen a nosotros, sino a la
naturaleza. Y no hay nada en la naturaleza que mantenga una forma estable.
Reflexionar de esta manera nos
ayuda a llegar a estar en paz con la naturaleza precaria y fugaz del cuerpo. Si
lo consideramos con sabiduría, vemos que no puede ser de otra manera. Si el
temor o la resistencia aparecen, meditamos en eso también con una conciencia
sin prejuicios, viendo que los pensamientos y emociones surgen y desaparecen.
El maestro budista tailandés Ajaan
Suwat enseñaba una práctica muy útil. Después de prestar atención a lo que le
sucede en la muerte, hay que centrarse en la mente que es consciente de todo
esto, y ver que ella es completamente independiente. Esta comprensión permite
que las meditaciones sobre la muerte no se conviertan en deprimentes, aunque den un
fuerte sentido de lo inestable que es el cuerpo.
Si realmente nos enfrentamos a nuestro miedo a la muerte, la vida en última instancia será más ligera y más alegre, disfrutaremos el momento presente. No se propone la conciencia la muerte para deprimirse. Más bien ella mejora nuestra capacidad de vivir más plenamente, apreciando la vida.
Si realmente nos enfrentamos a nuestro miedo a la muerte, la vida en última instancia será más ligera y más alegre, disfrutaremos el momento presente. No se propone la conciencia la muerte para deprimirse. Más bien ella mejora nuestra capacidad de vivir más plenamente, apreciando la vida.
Si comprendemos la realidad
de la muerte, nos trataremos unos a otros de manera diferente. Una vez se
preguntó cómo podemos hacer nuestra vida más espiritual, y la respuesta fue: Recuerda
que todas las personas con que te encuentras, todos los que vemos, algún día
tendrán que morir. Y esto tiene razón. Ese conocimiento cambia toda nuestra
relación con la gente.
La vida es una gran maestra
y la muerte también es una gran maestra. La muerte está alrededor nuestro en
todas partes. Por lo general, siguiendo el ejemplo de nuestra cultura, la
evitamos. Pero si abrimos el corazón a
este hecho de la vida, puede ser de gran ayuda para nosotros. Nos enseña cómo
vivir.
De “Vivir a la Luz de la muerte: El arte de estar
verdaderamente vivo”,
por Larry Rosenberg
VIDA
PLENA, MUERTE SERENA
Preparacion
para la muerte
Seminario los Miercoles
2 al 23 de Octubre 7-9 pm
o los Sabados 5 al 26
de Octubre 10.30 am-12.30
Una explicacion teorica de la muerte y el morir.
Medidas practicas para comprenderla y prepararse
de forma serena y
enriquecedora
segun la tradicion tibetana
La vida es preciosa, aprovechala conscientemente
Una vida plena otorga una muerte
serena y sin miedo
Con la muerte presente gozas mas
intensamente el ahora
Prepararse para la propia muerte
inevitable es inteligente
Prepararse para la muerte de los
otros es prudente
Aprende a hacer el duelo como dolor sin sufrimiento
Conocer y anticipar lo
desconocido quita el temor
La muerte es natural, es parte de
la vida
En Oriente el morir es una
oportunidad de Iluminacion
Meditaciones
guiadas
para
el bienestar mental y emocional
Donacion S/. 120 por las 4
clases
Por Juan Jose Bustamante,
Profesor
de Budismo de la Universidad Catolica desde 1989.
Estudia
y practica la meditacion por 40 años.
Estudia
en la India con Lama Wang Dor en 1983-1984.
24
años de experiencia enseñando.
En
Calle Enrique Palacios 1125-C, Miraflores,
Instituto
Peruano de Estudios Budistas,
(altura
10 de Av. Pardo),
Estacionamiento
vigilado Calle Chacaltana cdra. 2
Tlfs.
4455003 y 999467542