Nuestro verdadero estado, el estado natural,
es perfecto. Es liberador saberlo, y es aún más liberador experimentarlo. No
basta saber cuáles son las características de la mente iluminada, hay que
verificarlas en uno mismo.
A primera vista nuestra mente en su superficie
es ruidosa, agitada y estresada. Pero en realidad en lo profundo la mente es
una espaciosidad silenciosa, siempre en paz. Sus sensaciones de malestar son
sólo una manifestación de la creatividad inteligente de la mente, obscurecida
por el filtro de nuestras propias experiencias y pensamientos, que crean la
perspectiva del karma.
Relajando la mente se aclaran los velos del
karma, y las sensaciones desagradables se auto liberan, una vez disueltas todas
las tensiones.