Que la sabiduria tome las riendas es la clave de la felicidad
Por lo general
quien pretende tener el control de la situación interna es el yo ansioso, lleno
de miedo y cólera, cegado por su sensación de inseguridad y el consiguiente deseo
obsesivo.
Tal control tiende a ser también confundido, violento y errático. Por lo tanto no podrá obtener ni controlar nada y mas bien creará más malestar y caos. El yo debe calmarse y soltar el control, para dar paso a que su sabiduría interior asuma el control, tal como lo dice el Dalai Lama:
Tal control tiende a ser también confundido, violento y errático. Por lo tanto no podrá obtener ni controlar nada y mas bien creará más malestar y caos. El yo debe calmarse y soltar el control, para dar paso a que su sabiduría interior asuma el control, tal como lo dice el Dalai Lama:
“En lo profundo del
ser humano habita la sabiduría que nos puede apoyar frente a situaciones
negativas. De esta manera, los acontecimientos ya no lo manejarán, porque esa sabiduría
estara llevando las riendas. Del mismo
modo, cuando sucede algo bueno, también sera
posible controlarlo. Que la sabiduría tome
las riendas es la clave de la felicidad. En el Tibet tenemos un dicho: ‘Si estás fuera de sí con alegría, las lágrimas
no están lejos’. Esto demuestra la relatividad de lo que llamamos la alegría y el dolor.
“El estado de la mente
de un practicante debe ser estable,
y no debe estar sujeto a demasiados acontecimientos conflictivos.
Esa persona sentirá la alegría y el dolor, pero no serán ni demasiado
débiles ni demasiado intensos. La
estabilidad se desarrolla a través de la disciplina. El corazón
y la mente seran cada vez más llenos
de energía, más resueltos, y por
lo tanto menos susceptibles de ser arrastrados por los acontecimientos externos.”
De “El pequeño libro de la Paz Interior del Dalai Lama: Vida y
enseñanzas esenciales”, por el Dalai
Lama