Por Juan José
Bustamante, Profesor de Meditación
Einstein decía que si querías resolver un problema, no
podías usar la misma estrategia que había creado el problema. No puedes
solucionar la ansiedad sintiendo ansiedad. Por lo general, después de la
ansiedad inicial, lo que hacemos mal es dar como respuesta una nueva y mayor
segunda ansiedad, causada por el hecho original de que sentíamos ansiedad.
Como resultado tenemos sufrimiento
agravado, es decir que al sufrimiento inicial le añadimos el sufrimiento del
sufrimiento. Y como esto provoca gran perturbación, se pierde la calma, se
obscurece la claridad, y se generan conductas dañinas para uno mismo y para
otros. Y todo dentro de una gran inconsciencia e ignorancia.
Observémonos a ver
si es verdad…
Se necesita una nueva herramienta, e incluso una nueva actitud
para superar este mal hábito –es tan sólo eso. Este nuevo medio es la técnica
de meditación del Mindfulness, una version del Vipassana, o Atención Plena. Y la actitud que proponemos es de la Auto
Liberación, del Dzogchén, o Gran Perfección.
Se aplica el Mindfulness como una herramienta de ‘Visión
Penetrante’, para ser consciente y entender qué te está pasando, por qué tus
emociones y tu malestar se han disparado así, con tanta violencia en tu propia
mente, cuando lo que quieres es paz, bienestar, para poder vivir y trabajar en
armonía contigo mismo y con la gente, con el mundo.
Necesitas observar en silencio lo que está surgiendo en la
mente. Para poder hacerlo, como parte integrante de la meditación, se usan
extensas y sofisticadas técnicas de relajación para calmar la mente:
procedimientos de relajación del cuerpo, de los sentidos, de la energía vital,
y de los pensamientos, recuerdos y emociones de la mente.
Qué alivio cuando los miedos, ansiedades y momentos
depresivos de obscuridad de la mente se han serenado, y en vez de angustia y
presión hay espacio en la mente, y las emociones pueden expresarse en formas
más finas y benéficas, en suma hay bienestar emocional y mental.
Pero no basta serenarse. Se puede volver a perder la
serenidad, y rápido... El alivio puede desaparecer y volvemos a nuestras
costumbres y condicionamientos de años de ansiedad. Necesitamos un nuevo punto
de vista, anclado en una experiencia definitiva de libertad más profunda y
segura.
Se trata de comprender y comprobar que todo lo que surge en
nuestras emociones después termina y cesa, para ser reemplazado por un nuevo
surgimiento. En otras palabras, después de sentir el malestar, necesariamente
cambia, termina, cesa.
Y es reemplazado por un nuevo surgimiento, generalmente
como respuesta al primero. Y depende de nosotros generar una respuesta de
libertad, en vez de encadenarnos a respuestas habituales de más preocupación y
malestar, cultivándolo e incrementándolo con nuevos comentarios y opiniones que
van en sentido contrario a la paz, como si se estuviera luchando con uno mismo.
¿Por qué no ensayamos el silencio? Y desarrollamos la capacidad de hacerlo…
Una vez que surge un malestar como respuesta debido a un
obstáculo que actúa como estímulo, podríamos relajarnos y callarnos, y dejar
que cese.
Y podemos intuir que todo es Perfecto, tal como es. Así estaremos usando no sólo la herramienta correcta, también la actitud correcta: la de la Gran Perfección –el Dzogchén.
Observémonos, a ver si es verdad