¿La práctica espiritual realmente vale la pena? ¿Es realmente posible eliminar de nuestro interior las fuerzas que dan lugar al sufrimiento? Se dice: “La naturaleza última de la mente es la clara luz”. La conciencia tiene muchos niveles, y aunque los niveles más toscos se ven afectados por las fuerzas que la obscurecen, el nivel más sutil se mantiene libre de las negatividades más burdas. En el Vajrayana este nivel sutil de consciencia se llama la mente de Clara Luz.
Las percepciones ilusorias y las aflicciones emocionales, así
como la mente dualista del
bien y el mal, el amor y el odio,
etc., se asocian únicamente con los niveles burdos más secundarios de la consciencia. Por el momento estamos totalmente absortos en el juego interactivo de estos estados secundarios, por lo que debemos comenzar nuestra práctica trabajando dentro de ellos.
Esto significa alentar conscientemente al amor sobre el odio, a la paciencia en lugar de la ira, la libertad emocional más que
el apego, la bondad sobre la violencia, y así sucesivamente.
Hacer esto trae inmediata paz y calma a la mente, haciendo posible la meditación más
alta.
Entonces, debido a que tomar al yo y a los
fenómenos como si tuvieran una existencia
verdaderamente inherente es la
causa de los estados mentales distorsionados
en su amplia gama, se cultiva la
sabiduría que elimina este aferramiento
al ego. Superar el aferramiento al ego es superar la multitud
de distorsiones mentales.
El Dalai Lama, “El Camino hacia la Iluminación”