El arte de la experiencia meditativa puede ser llamado arte genuino. Tal arte no está diseñado para su exhibición o difusión. En cambio, es un proceso de perpetuo crecimiento en el que empezamos a apreciar lo que nos rodea en la vida, sea lo que sea. No necesariamente tiene que ser bueno, bello y agradable en absoluto. La definición de arte, desde este punto de vista, es ser capaz de ver la singularidad de la experiencia cotidiana.
Foto de Juan José Bustamante