sábado, 26 de mayo de 2012

SUELTA TODO, QUE ES IMPERMANENTE



Continuamente reflexiona en la impermanencia. Todo lo que desees, lo que no te guste, lo que pienses o sientas es impermanente. Las palabras de alabanza o de crítica son impermanentes. Todas ellas van y vienen. Con este entendimiento, no estarás tan alterado  por los dramas de la vida cotidiana.

Exteriormente se puede seguir haciendo planes, pero por dentro cultiva el desapego. Cuando la muerte llegue, no servirá de nada aferrarse a los planes, no importará cuán bien intencionados sean. Cuando la muerte se lleve tu último aliento, lo que realmente necesitas saber es que todo lo que estás dejando no es permanente –es sólo un sueñoy hay que soltar.

Continúa practicando la contemplación y la relajación. No tienes que sentarte en un cojín especial, en una sala especial, con un incienso especial. Hazlo dondequiera que estés: en la fila del supermercado, viajando al trabajo, tomando una ducha, lavando los platos. Cuanto más practiques, más rápidamente tus defectos se reducirán y tus cualidades positivas se incrementarán. Revelar la perfección de la mente es simplemente una cuestión de  repetición –trae tu conciencia a esta meditación una y otra vez.

Chagdud Tulku Rinpoche