domingo, 29 de marzo de 2015

LIBERARSE DE SUS DEMONIOS –TRANSFORMAR MIEDOS EN SERENIDAD



Los demonios no son vampiros sedientos de sangre que nos esperan en lugares oscuros; más bien están dentro de nosotros, son las fuerzas [emocionales destructivas] que encontramos dentro de nosotros mismos, cuyo núcleo es el aferramiento o apego al ego, [el yo, el creer en su solidez y realidad absoluta, en vez de saber que es sólo un instrumento para la vida].

Los demonios son nuestras obsesiones y miedos, sentimientos de inseguridad, enfermedades crónicas o problemas comunes como la depresión, la ansiedad y la adicción. Alimentar nuestros demonios en lugar de luchar contra ellos puede parecer contradictorio al enfoque convencional de atacar y tratar de eliminar lo que nos asalta, pero resulta ser una alternativa notable y una vía eficaz para la liberación de todas las dualidades [las dudas que podrían surgir  cuando tenemos que escoger entre lo “bueno” y lo “malo”].

Los demonios –o maras, como se llaman en idioma sánscrito en el budismo– no son seres exóticos como los que se observan en las pinturas orientales u occidentales. Ellos son nuestros miedos y obsesiones presentes, los temas no resueltos y la reactividad emocional de nuestras propias vidas. Nuestros demonios son todos ellos provenientes del demonio raíz del aferramiento al ego [el darle una identidad sólida al yo, que es sólo un flujo de procesos mentales o instantes de consciencia]. Ellos se manifiestan en una variedad infinita de formas; podrían aparecer como los conflictos que tenemos con nuestra pareja, la ansiedad que sentimos cuando volamos en avión, o la incomodidad que podemos sentir cuando nos miramos en el espejo. Podríamos tener un demonio que nos hace temer al abandono, o un demonio que nos lleva a hacer daño a los que amamos.

Los demonios son generados en última instancia por la mente, y como tales, no tienen una existencia independiente [las emociones dependen de muchos factores incluso inconscientes]. No obstante, nos enganchamos a ellos como si fueran reales [nos dejamos gobernar por ellos], y creemos [absolutamente]en su existencia; sino preguntemos a cualquier persona que ha luchado con una adicción o con los ataques de ansiedad o de pánico.

Los demonios aparecen en nuestras vidas, sea que los provoquemos o no, si los queremos o no. Incluso el lenguaje común se refiere a ellos, como cuando alguien está “luchando contra sus demonios”. A veces se escucha a alguien decir que está luchando con su “demonio de los celos”.

Desafortunadamente, el hábito de luchar contra nuestros demonios sólo les da fuerza. Si los alimentamos, y no luchamos contra nuestros demonios, estaremos integrando [y usando constructivamente] estas energías, [“sus” energías –de los demonios, o más bien nuestras energías], en vez de que las rechacemos y tratemos de distanciarnos de nuestros aspectos más obscuros, [íntimos] y repudiados por nosotros mismos, y tampoco proyectarlos sobre los demás [atribuirles voluntad de daño].

Este método ayuda mucho con problemas emocionales y físicos crónicos tales como la ansiedad,  el comer compulsivamente, los ataques de pánico, y la enfermedad [psicosomática]  en general. También ayuda en el tratamiento de trastornos tales como el final de una relación, el estrés de perder el empleo, la muerte de un ser querido, y los problemas interpersonales en el trabajo y en el hogar.

Cuando nos obsesionamos con los problemas de peso, o nos drenamos de energía a causa de una relación, o cuando anhelamos un cigarrillo, o comer, o un trago, le damos nuestra fuerza a los demonios, porque en realidad no le estamos prestando atención al demonio [interno –la emoción en sí, sino a la circunstancia externa]. Cuando entendemos cómo alimentar a la necesidad real que causa al demonio, con generosidad y sin miedo, la energía encerrada en nuestro demonio tenderá a disolverse y a convertirse en un aliado.

Si observamos y practicamos la alimentación de los demonios por algún tiempo, empezamos a tomar conciencia de cómo se forman los demonios. Aprendemos a verlos venir: “Ah, aquí viene mi demonio del odio a mí mismo [o la vergüenza de uno mismo]”. Esto hace que sea posible, con un poco de práctica, el  liberar a los demonios a medida que surgen, usando lo que se denomina la “Liberación Directa”, la vía más inmediata y simple, y también la más efectiva.

La Liberación Directa

La Liberación Directa es engañosamente simple. Se trata de darse cuenta de la energía o pensamientos que surgen, y luego dirigir nuestra consciencia [o atención] directamente hacia esa energía sin darle forma [o nombre, ni relacionarlo con ninguna historia].

Esto es el equivalente energético [en la mente] de dirigir un barco directamente hacia el viento; el barco se desplaza [por lo general] debido a su resistencia al viento [es empujado por el viento], y se detiene cuando su fuente de alimentación ha sido neutralizada [ya no hay más resistencia al  viento]. Del mismo modo, si diriges la consciencia o atención directamente a una emoción, [sin resistirse a ella] esta se detiene y se deja de desarrollar. Uno no está analizando o pensando en ello, sino dirigiéndose hacia ella [la energía de la emoción] con la atención o consciencia clara.

En ese momento, si se es capaz de hacerlo correctamente, el “demonio” o emoción será liberado al instante y desaparecerá en el acto. La técnica de liberación directa es comparable a cuando se tiene miedo de un monstruo en la oscuridad, y entonces se enciende la luz. Cuando se prende la luz vemos que nunca hubo un monstruo, y que todo era sólo una proyección de nuestra propia mente.

Tomemos el ejemplo del demonio de los celos. Me doy cuenta, “Ah, me estoy poniendo celoso, mi ritmo cardíaco aumenta. Mi cuerpo se tensa”. Si en ese momento observo la energía de los celos y le pongo toda mi atención o plena conciencia, los celos se desinflarán como un globo.

Cuando se llega a este punto, tanto uno como el demonio se han disuelto ya en la vacuidad [de la mente espaciosa] y ya no hay sino una vasta conciencia [o atención plena silenciosa y sin objeto –awareness]. Aquí estamos haciéndole un corto circuito el demonio [de la emoción] en tanto surge [como energía], mediante el encontrarnos conscientemente [y silenciosamente] con su energía, en cuanto aparece en la superficie [de la mente operativa, o yo. Así desactivamos esa energía destructiva].

Otro ejemplo de una situación en la que es posible practicar la liberación directa sería en la interacción con otras personas. Se puede estar sentado con la pareja, por ejemplo, cuando se descubre que algo que ella se comprometió a hacer ni siquiera lo ha comenzado. Se siente que brota la irritación. Pero entonces, si diriges [en silencio] la atención a esta sensación de irritación, observándola directamente, desaparece.

Una forma de explicar [y aplicar] la liberación directa es a través de un experimento que podemos ensayar: Conscientemente generar una emoción fuerte –ira, tristeza, desilusión, o deseo. Cuando se tiene este sentimiento, intensificarlo, y dirigir la atención o consciencia directamente a esa emoción, y descansar en la experiencia que sigue. La liberación del demonio puede ser tan simple e instantánea que incluso se podría desconfiar del resultado, pero si lo comprobamos después, y si se ha hecho correctamente, la emoción se habrá disuelto [ya no tendrá tanto poder sobre nosotros].

Con bastante práctica se hace posible que la consciencia [pura], clara y sin modificaciones, se estabilice, lo cual no es algo que se logre corrientemente. En esta etapa ya no se tiene que “hacer” nada en especial; la consciencia simplemente conoce [pone atención silenciosa] en las emociones a medida que surjan, de tal manera que sean liberadas de forma natural. La vacuidad [de esencia inherente de las cosas, personas o situaciones], la claridad y la consciencia están espontáneamente presentes. Las emociones no se apoderan de ti; surgen y se liberan de forma simultánea. Esto se llama Liberación Instantánea [o Presencia Instantánea, o Auto Liberación –las emociones se liberan por sí mismas, sin nuestra intervención]. Una emoción surge, pero no encuentra asidero, y se disuelve. En este momento no tenemos ninguna necesidad de alimentar a los “demonios” [de las emociones destructivas], porque estamos gobernados por la consciencia [pura], y no por nuestras emociones [las formas de energía mental que surgen en la mente].


Traducido, editado y adaptado de un artículo de Tsultrim Allione aparecido en la revista budista Tricycle en la edición del verano del 2008, por el prof. Juan José Bustamante [ver anotaciones entre corchetes].

RETIRO DE MEDITACIÓN DE UN DÍA EN CIENEGUILLA Y SEMINARIO "LIBERAR AL DEMONIO DE LA EMOCIÓN DESTRUCTIVA"


PAZ EN LA MENTE
Meditaciones Guiadas de Bienestar Mental y Emocional
Filosofia Budista

RETIRO DE MEDITACION INTENSIVA DE UN DIA EN CIENEGUILLA
jUEVES 2 DE aBRIL –JUEVES SANTO –DE 10 AM A 5 PM
De regreso en Lima a las 6 pm, Inscripcion hasta el Miercoles 1 de Abril
S/. 150 con movilidad y almuerzo. Sin almuerzo, con movilidad: S/. 125
Sin movilidad con almuerzo S/. 125. Sin almuerzo ni movilidad S/. 100.
Ver mas información en la pagina web www.perubudismo.org

Clases Grupales
NUEVO:
Seminario
LIBERA AL DEMONIO DE LA EMOCION DESTRUCTIVA
–Pasos para transformarla en Serenidad

Horarios: Los MIERCOLES de 7 a 9 pm del 1 al 22 de ABRIL 2015
o los SABADOS de 10.30 a 12.30 del dia del 4 al 25 de ABRIL 2015
Inversion por 4 clases: S/. 120.00.

Paso uno: Encuentra y Reconoce lo que necesita el Demonio
Paso dos: Alimenta al Demonio con lo que necesita
Paso Tres: Transformar al demonio en aliado
Paso 4: Liberacion del Demonio en la Consciencia Pura

Sobre el Seminario:

Los demonios son nuestras obsesiones y miedos, sentimientos de inseguridad, enfermedades cronicas o problemas comunes como la depresión, la ansiedad y la adicción. Alimentar nuestros demonios en lugar de luchar contra ellos puede parecer contradictorio al enfoque convencional de atacar y tratar de eliminar lo que nos asalta, pero resulta ser una alternativa notable y una vía eficaz para la liberación de todas las dualidades [las dudas que podrían surgir  cuando tenemos que escoger entre lo “bueno” y lo “malo”].

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PRACTICA:
Taller de practica: “Meditacion aplicada a la vida”
Horarios: LUNES de 7 a 9 pm o MARTES de 10:30 am a 12:30 del dia.
Inversion por 4 clases: S/. 120.00
Clase de prueba: S/. 10

Seminario de Filosofia Budista:
“El Mahamudra”, Estado Natural de Plenitud. Comentario a un texto del siglo XI
Horarios: JUEVES de 7 a 9 pm
Inversion por 4 clases: S/. 120.00

Clases y terapias personales:
Coaching  & counseling de orientacion de vida. Terapias personalizadas por la meditacion.
Consultas. Manejar estres, depresion, ansiedad, ira, miedo, panico.
Horario: Previa cita a coordinar con el profesor J. Bustamante, Tlf. 999467542
Inversion: S/. 130.00 por sesion de hora y media en nuestro local.

a domicilio
Coaching  & counseling de orientacion de vida. Terapias personalizadas por la meditacion.
Manejar estres, depresion, ansiedad, ira, miedo, panico.
Horario: Previa cita a coordinar con el profesor J. Bustamante, Tlf. 999467542
Inversion: Desde S/. 170.00 por sesion de hora y media.

por Internet
Coaching  & counseling de orientacion de vida. Terapias personalizadas por la meditacion.
Manejar estres, depresion, ansiedad, ira, miedo, panico.
Horario: Previa cita a coordinar con el profesor J. Bustamante, Tlf. 999467542
Inversion: S/. 130.00 por sesion de hora y media.

Por el Prof. Juan Jose Bustamante
Profesor de Budismo de la Pontificia Universidad Catolica del Peru desde 1989.
Estudios con Lama Wang Dor en la India en 1983-1984.
25 años de experiencia enseñando.
Estudia y practica la meditacion desde hace mas de 40 años.

Local: Instituto Peruano de Estudios Budistas. Calle Enrique Palacios 1125-C, Miraflores.
Altura cuadra 10 de Avenida Pardo o cuadra 3 de Comandante Espinar.
Estacionamiento vigilado en calle adyacente, Chacaltana cuadra 2.
Telefonos: 4455003 y 999467542

jueves, 26 de marzo de 2015

AMISTARSE CON UNO MISMO


LA PODEROSA SEMILLA DE LA AMABILIDAD CON UNO MISMO

“Cuando nos miramos, a veces tendemos a fijarnos en lo negativo, en nuestras neurosis, nuestra inquietud, o agresividad. O sino exaltamos lo positivo, nos creemos maravillosos, realizados, e invulnerables. Pero esos sentimientos suelen ser superficiales, encubren nuestras inseguridades. Mira mejor. Hay otra cosa, algo más que todo eso: Estamos dispuestos, deseamos mejorar. También queremos esperar, sonreír, ser decentes. No debemos descartar esa posibilidad, esa poderosa semilla de la amabilidad con uno mismo”.


"Mindfulness en Acción: Haciéndose amigo de uno mismo a través de la meditación y la conciencia cotidiana", por Chögyam Trungpa

QUÉ SE GANA Y QUÉ SE PIERDE CON LA MEDITACIÓN


Le preguntaron al Buda: ¿Qué has ganado con la meditación?

Y él replicó: "Nada. 

Sin embargo, déjame decirte qué he perdido: 
La cólera, la ansiedad, la depresión, la inseguridad, el miedo a la vejez, a la enfermedad y a la muerte”.

LA IRA U OFENSA, UN REGALO QUE NO DEBES TOMAR


Un día el Buda estaba caminando por un pueblo. Un joven muy enojado y grosero se acercó y comenzó a insultarlo. "Tú no tienes derecho a enseñar a otros", gritó. "Eres tan estúpido como todos los demás. No eres más que una falsificación". 
El Buda no estaba molesto por estos insultos. En su lugar, le preguntó al joven
"Dime, si compras un regalo para alguien, y esa persona no lo toma, a quien le pertenece el regalo? "
El hombre se sorprendió ante una pregunta tan extraña y respondió, "Me pertenecería, porque yo compré el regalo".
El Buda sonrió y dijo: "Eso es correcto. Y es exactamente lo mismo con tu ira. Si te enojas conmigo y no tomo la ofensa ni me considero ofendido, entonces la ira recaerá sobre ti. Entonces eres el único que se produce un sufrimiento a sí mismo, no soy yo el que lo hace. Todo lo que has hecho es herirte a ti mismo".
Si tienes razón, entonces no hay necesidad de enojarse.
Y si te equivocas entonces no tienes ningún derecho a enojarte.

¿POR QUÉ NO PROGRESO?


“MAMÁ: NO PUEDO PARAR LOS PENSAMIENTOS QUE ME LLEGAN A LA CABEZA”


Una amiga me comentó hace unos días que su hija, de apenas cinco años de edad, le había sorprendido con este comentario mientras la llevaba a un cumpleaños. Sentada en su sillita, en los asientos traseros del coche, la pequeña se mostraba agobiada y desconcertada. No es la primera madre que me comenta algo parecido, pero en este caso resulta especialmente significativo el hecho de que la niña considerara que los pensamientos le llegaban de fuera..
No se trata del argumento de una película de ficción, al estilo de La invasión de los ultracuerpos, ni tampoco es consecuencia en este caso de alguna enfermedad mental, o una situación puntual y pasajera. Tras descartar todo lo descartable con el psicólogo, la conclusión no se hizo esperar: se trata sin duda de otra niña más alcanzada por lo que denominamossobreestimulación. En 1997, hace ya dieciocho años, publiqué un libro sobre el consumo de drogas de síntesis entre los adolescentes, en el que hacía referencia exactamente a esta situación. Sin lugar a dudas nos encontramos ante la generación más sobreestimulada de toda la historia de la Humanidad. Hasta hace apenas 50 años los estímulos que recibíamos del exterior eran muy limitados y moderados en relación a los que recibimos hoy en día. Se trataba fundamentalmente de estímulos procedentes de nuestro entorno inmediato, familia, amigos, y las pocas horas a la semana que podíamos pasar viendo un canal de televisión en blanco y negro, o escuchando algún programa de radio.
Hoy, cualquier niño de diez años de nuestro entorno, ha recibido muchísima más información que cualquier otro homo sapiens de los que han pasado por aquí en los últimos 40.000 años. Ha visto imágenes de tiranosaurios corriendo por un bosque, cuando hasta hace un siglo ni tan siquiera sabíamos de su existencia. Imágenes de peces abisales, animales e insectos de cualquier punto de la tierra, vídeos grabados en la superficie de Marte por un robot, secuencias reales sobre el corazón bombeando sangre o linfocitos haciendo su trabajo en nuestro sistema inmunológico. Cosas con las que ningún sabio de la antigüedad se atrevió a soñar, y un volumen de información muy difícil de manejar. Estímulos dirigidos a todos sus sentidos: sintetizadores, sonidos y ritmos nunca antes escuchados, alimentos procedentes de los cinco continentes, chicles que los primeros minutos saben a maracuyá y después a frutos silvestres del bosque australiano… ¿Se han parado a contar los tipos de cereales que hay en las estanterías de los supermercados? ¿Y los yogures?
Pero estos niños no reciben sólo los estímulos de su entorno habitual, sino que en muchas ocasiones nos empeñamos en “enriquecerlo” y llenar absolutamente todo su tiempo con más actividades. Un tiempo libre absolutamente copado, que se combina con histriónicas series de dibujos animados, estridentes partidas de videojuegos en 3D y todo tipo de aplicaciones para llenar sus móviles, tabletas y cabezas.
Hace ya unos años que distintos expertos, como los del grupo de investigación sobreNeuroplasticidad y Aprendizaje de la Universidad de Granada (UGR), advirtieron sobre cómo la estimulación temprana podía influir en el proceso de aprendizaje. La psicobióloga Milagros Gallo, señalaba que: “El entrenamiento en tareas demasiado complejas, antes de que el sistema esté preparado para llevarlas a cabo, puede producir deficiencias permanentes en la capacidad de aprendizaje a lo largo de la vida”.
El problema de la sobreestimulación es que, al igual que hacen las drogas de síntesis, provoca lo que denominamos “tolerancia”. Es decir, el organismo se acostumbra a recibir con regularidad su dosis de estímulos, hasta que llega un momento en el que tal dosis no le satisface. ¿Qué hace entonces? Pues muy sencillo: buscar una dosis mayor. Los niños que viven este efecto se hacen cada vez menos sensibles a los estímulos del entorno, y necesitan cada vez más. Se vuelven hiperactivos, o se muestran desmotivados mientras su imaginación y creatividad se van mermando. Les cuesta centrarse mucho tiempo en una misma actividad, y sienten que sus pensamientos se atropellan los unos a los otros.
NECESITAMOS EL ABURRIMIENTO
Puede parecer algo paradójico, pero necesitamos más que nunca que los niños y niñas tengan tiempo para aburrirse. Necesitamos que tengan tiempo todos los días para llevar a cabo actividades que no estén previamente estructuradas, organizadas y controladas por normas rígidas y preestablecidas. Es preciso que tengan la oportunidad de crear sus propias estructuras, normas y parámetros. Creo que los adultos que no son capaces de innovar, de adaptarse, cambiar o evolucionar y aportar algo a la vida de quienes les rodean, son con frecuencia niños privados de la posibilidad de crear y experimentar. Es necesario tener la posibilidad de explorar, y también la posibilidad de equivocarse.
Definiría el aburrimiento como la ausencia de motivación que incite a la acción física o mental. Así pues, si un niño se aburre y desea actuar tendrá que terminar encontrando o creando sus propias motivaciones. Tendrá en definitiva que automotivarse. Y no les quepa duda de que lo hará. Un niño o una niña en un parque, con un palito, arena y un par de piedras creará todo un mundo. Sentado frente a una mesa y con una caja llena de pinzas de tender la ropa, organizará una carrera de coches, desarrollará una batalla o realizará algún tipo de construcción. Una hoja en blanco, un lápiz y varios rotuladores darán lugar a todo tipo de creaciones…
Los niños y niñas de hoy, más que nunca, necesitan disponer de tiempo no estructurado y dirigido por sus mayores. La sobreestimulación, la constante motivación externa y el encadenamiento continuo de tareas y actividades programadas les saturan, agobian y ahogan su necesidad de crear.
Resumiría mis principales recomendaciones en el siguiente decálogo:
1.     Procure que sus hijos/as dispongan con frecuencia de tiempo no estructurado. ¡Verdadero tiempo libre!
2.     Reduzca las actividades extraescolares al mínimo que considere necesario. Priorice y tenga muy en cuenta aquellas que son iniciativa de ellos mismos.
3.     No se adelante a sus demandas, no queme etapas demasiado pronto. Necesitan detenerse y paladear cada edad y cada etapa. Respete su ritmo de maduración.
4.     Interactúe y juegue con ellos si se lo piden, pero no organice ni desarrolle las normas.
5.     Controle el acceso a internet y las nuevas tecnologías. No deben convertirse en prioritarias ni conformar su principal forma de ocio. Establezca horarios.
6.     Distancie el uso de ordenadores, tablets o teléfonos móviles de la hora de irse a la cama. El sueño es fundamental, y el cerebro necesita un tiempo para volver a la normalidad tras los estímulos recibidos durante el empleo de estos aparatos.
7.     Supervise las series de dibujos animados que ven. Compruebe si es usted capaz de ver un capítulo y en qué estado se encuentra después. Algunas generan un estado de ansiedad muy apreciable.
8.     Sus hijos necesitan contacto con la naturaleza. El ritmo que ésta establece actúa como un verdadero bálsamo. Necesitan tocar, oler, sentir y experimentar en espacios abiertos y naturales.
9.     Controle los ruidos innecesarios. Si alguien quiere ver la tele en casa, escuchar música o discutir, los demás no tienen que compartirlo necesariamente.
10.  Preste toda la atención posible a sus comentarios, preguntas y observaciones. Nada de lo que dicen es superficial, aunque en un principio podamos no entender lo que están intentando decirnos.
(Esto no quiere decir que la sobreestimulación sea la respuesta a todos los casos similares. Mi intención es sólo aportar recursos e ideas a los padres y madres que puedan sentirse identificados).
Más información: http://www.guiasaluddigital.com
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http://secretariageneral.ugr.es/pages/tablon/*/noticias-canal-ugr/la-sobreestimulacion-infantil-y-juvenil-provoca-deficiencias-en-el-aprendizaje#.VOjKmfmG-bN

Nota del Blog: Si hay sobre-estimulación, no debería haber también sobre-relajación? ¿Por qué parar los pensamientos? Es que pueden "pararse" (indefinidamente)? ¿No sería mejor observarlos como en un desfile, sin enganchar ni alimentarlos? ¿No se debería enseñarnos desde niños a no sufrir con nuestros propios pensamientos? Ocio sí, pero con descanso de la mente, de otro modo, ¿No será que me llevo mi agitación a las vacaciones...?

EL SENDERO AL NIBBANA, LA CESACIÓN DEL SUFRIMIENTO


La Rueda del Dharma (el orden, la enseñanza hacia el Despertar): SILA o Etica o Moralidad (No matar, no robar, no inconducta sexual, no mentir, no intoxicación) > SAMADHI o Control de la Mente (Atención Plena, Meditación)> PAÑÑA o Sabiduría = El Camino al Nibbana, la Liberación o Cesación del Fuego de la Existencia, el sufrimiento.

EL CAMINO AL DESPERTAR: EL ÓCTUPLE SENDERO