jueves, 23 de febrero de 2012

La Vacuidad de los fenómenos, por Nagarjuna, el filósofo más grande del Budismo



La Vacuidad de los fenómenos explica uno de los 4 sellos del Budismo, que afirma que en todo lo que hay no hay un sí mismo (anatta). Los fenómenos no tienen un ser que les sea propio. Ni las cosas ni el mismo yo tienen un ser absoluto e inmutable, su ser es relativo y mutable, cambiante.


La Vacuidad no es la nada. Es la plenitud de potencialidades. Todo está en potencia en el espacio creativo de la Vacuidad. Podriamos decir que es una Vacuidad-Plenitud. 

Cuando se explica el llamado 'Vacío', siempre es bueno decir vacío de qué. Los fenómenos son todos ellos compuestos (de componentes) y por ello carecen (están vacíos) de una realidad o existencia inherente, intrínseca, absoluta. Su realidad es tan sólo aparente y provisional, les es 'prestada' por sus componentes, los cuales a su vez son otros tantos fenómenos compuestos, y así sucesivamente. 

Los fenómenos no son independientes ni absolutos, son dependientes de sus componentes, y de las limitaciones de sus componentes, y éstos de sus propios componentes, y así sucesivamente.

El objetivo de la metodología de Nagarjuna era el rechazo de los puntos de vista extremos, y transmitir las enseñanzas del Buda como el camino del medio. Especialmente se servia para esto de una explicación detallada del concepto de la vacuidad (śūnyatā, pronunciado shunyata) que esta directamente relacionado con el concepto de interdependencia mutua (skrt. pratītyasamutpāda).

Para explicar “sunyata” con argumentos lógicos, Nagarjuna expone a los fenómenos a un análisis profundo. Solamente porque los fenómenos son vacíos, estos pueden surgir o desvanecerse, argumenta Nagarjuna. Es decir que surgen o se desvanecen en la mente que los conoce o percibe. Basta meditar para conmprobarlo. Así es que surgen y se disuelven los malestares, el dolor, el sufrimiento, y todos los demás fenómenos percibidos en la mente, sean materiales o pensados.


Y sólo porque los fenómenos son vacíos, el sufrimiento puede ser superado por medio de las cuatro venerables y nobles verdades y el andar sobre el camino óctuple se hace posible. Si los fenómenos no fuesen vacíos no habría desarrollo y el mundo seria estático, sin cambio, algo así como “congelado hasta la eternidad”. Es decir que si los fenómenos tuvieran realidad absoluta siempre serían igual, sin cambiar, sólo habría los fenómenos "que ya hay".  Pero tomando en cuenta la impermanencia del mundo y la constante aparición de nuevas combinaciones y hasta nuevos fenómenos está claro que esto no puede ser verídico. En ningún sitio hay algo que sea permanente. Y por eso, concluye Nagarjuna, no hay en ningún sitio algo que no sea vacío de una esencia y existencia absoluta.

Siendo así, todas las cosas son sin ser propio (nairātmya), sin entidad propia (asvabhāva) y vacíos (śūnya), dado que por su dependencia de factores condicionantes no disponen de una existencia propia (svabhāva).

Para Nagarjuna el mundo justamente por esta falta de existencia propia, no puede ser un mundo del ser sino de un cambio continuo. Las cosas no son, sino que ocurren, como una melodía que no es otra cosa que una combinación de tonos. Las cosas no ingresan tal cual y absolutamente a la existencia, dado que su nacimiento depende de circunstancias y esta dependencia hace imposible encontrar una primera causa, una raíz palpable. Se pierde en la infinita tela de la interdependencia. Los fenómenos no existen eternamente, no vienen de la nada para después volver a la misma nada de donde han venido, sino que se van produciendo por causas y condiciones sucesivas, causadas por el karma. Debido a su condición de vacíos, no se puede afirmar ni negar nada absoluto de ellos, ni que los fenómenos no existen ni son no-existentes.

Sólo el que no ha experimentado la sabiduría de la vacuidad universal se apega a la diferencia entre lo relativo y lo absoluto y con eso crea una diferencia o límite o frontera entre Samsara (el sufrimiento) y Nirvana (la extinción del sufrimiento), que no existe. Dado que la vacuidad significa liberación, todos los seres, al estar vacíos o carentes de una existencia inherente (que los condicione absolutamente) se encuentran siempre en un estado de libertad, pero lamentablemente no se dan cuenta de ello. Solo hace falta darse cuenta de esta condición esencial que está libre de diferencias, extremos y limitaciones. Consciencia. Pero Nagarjuna también recuerda que comprender este hecho no es un proceso tan sólo intelectual ni depende de la voluntad o de la persona, y no es por tanto algo que se pueda querer poseer u obtener.

Pero las enseñanzas de Nagarjuna no cesan ahí, afirmando que incluso el pensar que la liberación resulte por medio de la aniquilación del Karma y de los apegos, es en si también solo una diferenciación que proviene del desarrollo de conceptos, que le estarían dando realidad o solidez a los conceptos, pero que este desarrollo meramente conceptual es aniquilado por la vacuidad y la experiencia de la vacuidad. Dado que la vacuidad no es algo que está detrás de la verdad sino que es la verdad misma, todo concepto y desarrollo de concepto queda nulo.

Nagarjuna también reconoció que es imprescindible ser muy cauto con el concepto de la vacuidad dado que se trata más que nada de un método para explicar la verdad, no es una "cosa" en sí misma:

“Shunyata, la vacuidad, fue enseñada por los budas como un rechazo a cualquier concepto. Aquellos para los cuales Shunyata es un concepto, se les declara incurables”.

Si se llega al punto en el cual shunyata haya cumplido su papel y ha abierto los ojos a una visión mas profunda, debe ser abandonada, como una barca que a uno lo ha llevado a la otra orilla y que no se necesita más. Por lo que Nagarjuna dice:

"No se debe decir 'vacío', ni 'no-vacio', tampoco 'los dos a la vez' ni tampoco “ninguno de los dos”. Pero para la comprensión se puede hablar así”.


Nagarjuna debe haber nacido en el primero o segundo siglo DC en India, en la región Vidharba en el estado hoy en día llamado Maharashtra. Se dice que fundó un monasterio en Andra Pradesh donde transmitió sus enseñanzas. Estas enseñanzas se encuentran en los 27 capítulos de las “Estrofas sobre las enseñanzas básicas del camino del medio” (Mūlamādhyamakakārikā).

Nagarjuna consideraba su postura como una vuelta hacia la ens
eñanza central del Buda, por lo cual no se le puede considerar fundador de una nueva escuela o fundador del Mahayana pero si uno de los maestros budistas indios de más importancia para esta tradición.